AP

La detención se produjo el día 22 de Julio de 2008 en la casa de iturribide
68. En casa nos encontrábamos Maialen Zuazo Aurrekoetxea, Arkaitz
Goikoetxea Basabe y yo, y nos detuvieron a los tres. Abrieron la puerta,
creo que pegaron 3 tiros cuando consiguieron abrir la puerta, abrieron la
puerta de mi habitación, estaba en la cama y me agarraron y seguido me
tiraron al suelo tal y como me encontraba, medio desnuda (en bragas) y me pusieron contra la pared y me esposaron. Estaban todo el rato a mi lado. Al de poco tiempo, entraron dos o tres policías vestidos de paisano y me dijeron que me vistiese. Empezaron a hacerme unas pregunta mientras me encontraba contra la pared. De ahí me llevaron a la cocina; allí estaban Arkaitz y Maialen con la secretaria judicial, el fiscal y el Juez Baltasar Garzon. Nos dijeron que estábamos detenidos e incomunicados, y nos enseñaron la orden de registro. Eran las 3 de la madrugada cuando entraron a casa.La detención la produjo la Guardia Civil, y nos dijeron cuales eran los motivos de la detención. En casa se comportaron de forma correcta con nosotros. El propio Garzon se encargó de ello. El registró duró hasta las 11'00 de la mañana, miraron todo de arriba abajo y estuvimos los 3 presentes. Cuando registraron mi habitación sólo estuve yo y no hubo más testigos. No nos dejaron dar aviso de nuestra detención, por lo que nuestras familias y amigos se enteraron por los medios de comunicación.Cuando nos sacaron de casa, nos metieron a cada uno en un patrol, me taparon la cabeza con un jersey y me metieron la cabeza entre las piernas.De aquí, me llevaron a mi garaje donde registraron el coche y toda la planta con un perro. Allí se encontraba la secretaria judicial y el trato fue correcto. Después, creo que me llevaron al cuartel de La Salve, me pusieron una capucha y empezaron a amenazarme desde que llegamos. Me obligaron a sentarme en una silla comenzaron a hacer preguntas. Allí me vio el forense mientras tenía a mi lado a los Guardias Civiles y tras hacerme unas preguntas me volvieron a tapar y me metieron en un coche.El viaje a Madrid se me hizo muy duro. Me daban golpes en la cabeza continuamente, me chillaban al oído, paraban el coche, me hacían muchas preguntas y me tocaban todo el cuerpo. Me rompieron el sujetador con unas tijeras y me tapaban la cabeza con un jersey, tenía mucho calor, sed...A veces, me levantaban la capucha, ellos también estaban encapuchados pero el que tenía a mi lado (a la izquierda) me enseñó su cara una vez y frotaba su cara contra mi cuello. Se me hizo muy largo.
Cuando llegamos me llevaron a unas dependencias policiales; allí me
quitaron los cordones de las plaieras y las gomas de los pantalones, me
obligaron a desnudarme y comenzaron a hacer comentarios sucios. Me
decían todo el rato lo que me iban a hacer, riéndose, chillándome en los
oídos. De allí a otras dependencias y en el coche hicieron muchas bromas
para asustarme y pararon el coche muchas veces. Al llegar de nuevo me
obligaron a desnudarme, iba con la cabeza tapada todo el rato y ellos me
decían como tenía que caminar, cuando subir escaleras, cuando bajar... Pasé por muchas salas, los pasillos eran estrechos y los calabozos estaban en la parte de abajo.La celda medía 3'5 metros de largo y 2 metros de ancho, tenía un colchóncon una manta. Era muy oscura, en la puerta había una ventanita, estaba muy sucia. Enfrente había una cámara apuntando a nuestras celdas(Maialen, Arkaitz y otra chica) . Detrás de la cámara estaba el baño y normalmente había que ir con una Guardia Civil, era ella quien me daba papel.
Goikoetxea Basabe y yo, y nos detuvieron a los tres. Abrieron la puerta,
creo que pegaron 3 tiros cuando consiguieron abrir la puerta, abrieron la
puerta de mi habitación, estaba en la cama y me agarraron y seguido me
tiraron al suelo tal y como me encontraba, medio desnuda (en bragas) y me pusieron contra la pared y me esposaron. Estaban todo el rato a mi lado. Al de poco tiempo, entraron dos o tres policías vestidos de paisano y me dijeron que me vistiese. Empezaron a hacerme unas pregunta mientras me encontraba contra la pared. De ahí me llevaron a la cocina; allí estaban Arkaitz y Maialen con la secretaria judicial, el fiscal y el Juez Baltasar Garzon. Nos dijeron que estábamos detenidos e incomunicados, y nos enseñaron la orden de registro. Eran las 3 de la madrugada cuando entraron a casa.La detención la produjo la Guardia Civil, y nos dijeron cuales eran los motivos de la detención. En casa se comportaron de forma correcta con nosotros. El propio Garzon se encargó de ello. El registró duró hasta las 11'00 de la mañana, miraron todo de arriba abajo y estuvimos los 3 presentes. Cuando registraron mi habitación sólo estuve yo y no hubo más testigos. No nos dejaron dar aviso de nuestra detención, por lo que nuestras familias y amigos se enteraron por los medios de comunicación.Cuando nos sacaron de casa, nos metieron a cada uno en un patrol, me taparon la cabeza con un jersey y me metieron la cabeza entre las piernas.De aquí, me llevaron a mi garaje donde registraron el coche y toda la planta con un perro. Allí se encontraba la secretaria judicial y el trato fue correcto. Después, creo que me llevaron al cuartel de La Salve, me pusieron una capucha y empezaron a amenazarme desde que llegamos. Me obligaron a sentarme en una silla comenzaron a hacer preguntas. Allí me vio el forense mientras tenía a mi lado a los Guardias Civiles y tras hacerme unas preguntas me volvieron a tapar y me metieron en un coche.El viaje a Madrid se me hizo muy duro. Me daban golpes en la cabeza continuamente, me chillaban al oído, paraban el coche, me hacían muchas preguntas y me tocaban todo el cuerpo. Me rompieron el sujetador con unas tijeras y me tapaban la cabeza con un jersey, tenía mucho calor, sed...A veces, me levantaban la capucha, ellos también estaban encapuchados pero el que tenía a mi lado (a la izquierda) me enseñó su cara una vez y frotaba su cara contra mi cuello. Se me hizo muy largo.
Cuando llegamos me llevaron a unas dependencias policiales; allí me
quitaron los cordones de las plaieras y las gomas de los pantalones, me
obligaron a desnudarme y comenzaron a hacer comentarios sucios. Me
decían todo el rato lo que me iban a hacer, riéndose, chillándome en los
oídos. De allí a otras dependencias y en el coche hicieron muchas bromas
para asustarme y pararon el coche muchas veces. Al llegar de nuevo me
obligaron a desnudarme, iba con la cabeza tapada todo el rato y ellos me
decían como tenía que caminar, cuando subir escaleras, cuando bajar... Pasé por muchas salas, los pasillos eran estrechos y los calabozos estaban en la parte de abajo.La celda medía 3'5 metros de largo y 2 metros de ancho, tenía un colchóncon una manta. Era muy oscura, en la puerta había una ventanita, estaba muy sucia. Enfrente había una cámara apuntando a nuestras celdas(Maialen, Arkaitz y otra chica) . Detrás de la cámara estaba el baño y normalmente había que ir con una Guardia Civil, era ella quien me daba papel.
Utilizaban salas diferentes para los interrogatorios, estaban en el primer piso. Eran salas pequeñas, tenían luz y al menos tenían una silla y alguna también una mesa. Como estaba tapada no sé que más tendrían.
Métodos de tortura
Los golpes me los daban sobre todo en la cabeza y en la zona de las orejas,con la mano abierta la mayoría de las veces, y la zona en la que me golpeaban no estaba cubierta. A veces, también también me golpeaban en el cuerpo, sólo alguna vez, pero en la cabeza muchas veces. En esos momentos sentía mucho miedo, porque me encontraba sola entre 5 guardias civiles,más o menos, y al mismo tiempo me gritaban mucho... Con el que peor lo pasé fue con el que vino a mi lado en el coche. Tenía moratones por el cuerpo y notaba pitidos en los oídos, tenía mucho dolor de cabeza (no sé como la tendría). Tenía molestias en la espalda, y sobre todo en el cuello,cargados, con contracturas. Los electrodos no me los pusieron pero encendían una máquina y me decían que me los pondrían. Me cogían los brazos y apagaban y encendían una y otra vez la máquina.
Todo el rato me decían que tenía que estar de pie o que me mantuviera
sentada en una posición concreta.Me tocaban los pechos y una de las veces estando desnuda intentaron
introducirme un tubo por la vagina. Sólo lo hicieron una vez pero luego me
pasaban el tubo todo el rato entre las piernas. Me dijeron que me iban a
hacer lo mismo que le hicieron a Amaia Urizar .
Salvo cuando estaba en la celda o cuando me metían en el cuarto con la
médico, tenía los ojos tapados continuamente con un antifaz. Ellos estaban
encapuchados, sólo se les veía los ojos, salvo uno de ellos: era gordo, alto,
rubio, llevaba unas gafas y era el que les daba órdenes a todos los demás.
Me chillaban en todos los interrogatorios mientras me golpeaban en las
orejas. Me pareció oir también los interrogatorios de los demás. Después
notaba sonidos en los oídos.
Amenazas: al principio utilizaban la muerte de mi madre, ella se suicidó y
me echaban a mí la culpa de eso. Que era normal teniéndome a mi al
lado... Si no hablaba me decían que pegarían más a Maialen (mi com-
pañera de piso), me nombraban a Aner Petralanda (mi compañero), que le
iban a hacer la vida imposible... El se encuentra en la cárcel.Estuve con cagalera desde el primer día e intentaron hacerme daño con
eso. Que lo que tenían que aguantar en el baño por mi culpa... Cuando me
obligaban a desnudarme hacían comentarios sobre mi cuerpo.
En los interrogatorios hacían el papel de poli bueno y poli malo. Si no
hablaba me golpeaban y me gritaban. Los interrogatorios no eran largos pero sí intensos. No me llegaron a obligar a que firmara una declaración.
En la celda pasaba mucho frío, sólo tenía una camiseta. Los dos primeros
días conseguí dormir, pero los siguientes me costaba mucho. Me daban de
comer (pan duro), siempre estando ellos delante.
Antes de la detención me encontraba cansada, tenía el cuerpo débil porque no había dormido mucho los días anteriores. "En sí" me encontraba en tratamiento, con una pastilla para dormir y otra antidepresiva durante el
día, se lo dije en casa. En la práctica luego no tomaba nada, iba a un psicólogo de confianza cada dos semanas.Me vieron la médico forense y dos médicos de confianza. Creo que pasaban 3 veces al día. Yo les pedí que se identificaran y la médico forense (no se identificó, creía que era una Guardia Civil) le dejó que la de confianza me enseñara el DNI. Esta mujer estuvo dos días y depués vino un hombre,éste también se identificó después de que yo se lo pidiera (Uruburu).La habitación donde me exploraban era pequeña, no parecía una consulta
médica. Tenía un lavabo y una camilla, pero no había mesas, las paredes
estaban pintadas de blanco y no tenían ningún tipo de decoración. Cuando
no estaban nuestros médicos la puerta estaba abierta y un Guardia Civil
apoyado en la puerta. Cuando estaban los de confianza cerraban la puerta.Denuncié ante las médicos el trato que estaba recibiendo, ella no me decía nada, sólo apuntaba en un papel. Los primeros días la forense tenía una actitud muy distante, yo creo que quería que me sintiera incómoda para que no fuera a sus consultas. La primera vez que estuve con la forense me preguntó por las enfermedades y sobre el trato poca cosa, yo era la que le contaba.
La médico no me reconoció, ni siquiera me tocó. Cuando estaba en la
Audiencia Nacional le enseñé los moratones qye tenía, pero por encima.
No me exploró ni la cabeza ni los órganos genitales. Sólo me preguntaba
como me encontraba y vete a saber qué apuntaría. Un día, el médico de
confianza me miró la columna vertebral y el cuello y me dijo que hiciera
unos ejercicios. Los médicos de confianza no me podían hablar.
Aprovechaba la visita para beber agua y les preguntaba la hora. Una vez me la dijeron pero a partir de ahí me dijeron que no me la podían decir. Le
pedí fruta para la descomposición pero los Guardias Civile me dieron justo
lo que me hacía daño (zumos...). La forense decía que ella hacía lo que
podía pero eso no es cierto, estaba al servicio de la Guardia Civil, se enteraban de todo lo que le contaba y con eso también me amenazaban.
El último día cuando pregunté por el médico de confianza me dijo que no
había aparecido, pero más adelante me enteré que no le habían dejado
entrar. Me mentía.En dependencias policiales dije que sólo declararía delante del juez. El abogado de oficio ni siquiera se presentó y estuvo sentado detrás de mí, al principio pensé que era un Guardia Civil. No firmé nada por si acaso, pero el abogado sí. Los Guardias Civiles no me amenazaron para que declarara.Al principio pensaba que estaban actuando, que volveríamos pero no fue así. Tras declarar me dejaron en paz, sólo me decían que me podriría en la cárcel. El viaje a la Audiencia Nacional fue, pero antes de montarme en el furgón
me dijeron que si hablaba fliparía. En la celda de la AN estuve muy
nerviosa, hacía mucho calor, tenía sed pero por si acaso no bebía nada.
Seguía con cagalera pero como no tenía papel. Lo pasé muy mal durante
los cinco días, aguantando, solo iba al baño cuando volvía de los interroga-
torios. Llegué a plantearme orinar y cagar en la celda pero al final por
miedo no lo hice. Pasó la médico forense y me dije cómo estaba, me dijo
que seguramente tendría la tensión baja y le pedía agua y papel de baño, no me lo consiguió. Le enseñé los moratones pero se marchó enseguida.
Hice la declaración judicial con abogado de confianza. Apareció cuando yoya estaba ante Garzon y el fiscal sentada. Garzon empezó a preguntar y yo le contesté y seguido preguntó mi abogado. Delante del juez denuncié los malos tratos, los comenté antes de que me preguntara nada y me cortó.Entonces me hizo preguntas sobre ese tema. Anímica y físicamente estaba muy baja.En la cárcel me miraron la tensión después de pedirlo. No me hicieron ningún tipo de prueba. Les comenté el dolor de oídos y me dijo que teníauna infección, me dio unas pastillas.
Al principio tuve problemas para dormir, me asustaba con cualquier cosa.
Me ha influido psicologicamente, sobre todo al principio.
Métodos de tortura
Los golpes me los daban sobre todo en la cabeza y en la zona de las orejas,con la mano abierta la mayoría de las veces, y la zona en la que me golpeaban no estaba cubierta. A veces, también también me golpeaban en el cuerpo, sólo alguna vez, pero en la cabeza muchas veces. En esos momentos sentía mucho miedo, porque me encontraba sola entre 5 guardias civiles,más o menos, y al mismo tiempo me gritaban mucho... Con el que peor lo pasé fue con el que vino a mi lado en el coche. Tenía moratones por el cuerpo y notaba pitidos en los oídos, tenía mucho dolor de cabeza (no sé como la tendría). Tenía molestias en la espalda, y sobre todo en el cuello,cargados, con contracturas. Los electrodos no me los pusieron pero encendían una máquina y me decían que me los pondrían. Me cogían los brazos y apagaban y encendían una y otra vez la máquina.
Todo el rato me decían que tenía que estar de pie o que me mantuviera
sentada en una posición concreta.Me tocaban los pechos y una de las veces estando desnuda intentaron
introducirme un tubo por la vagina. Sólo lo hicieron una vez pero luego me
pasaban el tubo todo el rato entre las piernas. Me dijeron que me iban a
hacer lo mismo que le hicieron a Amaia Urizar .
Salvo cuando estaba en la celda o cuando me metían en el cuarto con la
médico, tenía los ojos tapados continuamente con un antifaz. Ellos estaban
encapuchados, sólo se les veía los ojos, salvo uno de ellos: era gordo, alto,
rubio, llevaba unas gafas y era el que les daba órdenes a todos los demás.
Me chillaban en todos los interrogatorios mientras me golpeaban en las
orejas. Me pareció oir también los interrogatorios de los demás. Después
notaba sonidos en los oídos.
Amenazas: al principio utilizaban la muerte de mi madre, ella se suicidó y
me echaban a mí la culpa de eso. Que era normal teniéndome a mi al
lado... Si no hablaba me decían que pegarían más a Maialen (mi com-
pañera de piso), me nombraban a Aner Petralanda (mi compañero), que le
iban a hacer la vida imposible... El se encuentra en la cárcel.Estuve con cagalera desde el primer día e intentaron hacerme daño con
eso. Que lo que tenían que aguantar en el baño por mi culpa... Cuando me
obligaban a desnudarme hacían comentarios sobre mi cuerpo.
En los interrogatorios hacían el papel de poli bueno y poli malo. Si no
hablaba me golpeaban y me gritaban. Los interrogatorios no eran largos pero sí intensos. No me llegaron a obligar a que firmara una declaración.
En la celda pasaba mucho frío, sólo tenía una camiseta. Los dos primeros
días conseguí dormir, pero los siguientes me costaba mucho. Me daban de
comer (pan duro), siempre estando ellos delante.
Antes de la detención me encontraba cansada, tenía el cuerpo débil porque no había dormido mucho los días anteriores. "En sí" me encontraba en tratamiento, con una pastilla para dormir y otra antidepresiva durante el
día, se lo dije en casa. En la práctica luego no tomaba nada, iba a un psicólogo de confianza cada dos semanas.Me vieron la médico forense y dos médicos de confianza. Creo que pasaban 3 veces al día. Yo les pedí que se identificaran y la médico forense (no se identificó, creía que era una Guardia Civil) le dejó que la de confianza me enseñara el DNI. Esta mujer estuvo dos días y depués vino un hombre,éste también se identificó después de que yo se lo pidiera (Uruburu).La habitación donde me exploraban era pequeña, no parecía una consulta
médica. Tenía un lavabo y una camilla, pero no había mesas, las paredes
estaban pintadas de blanco y no tenían ningún tipo de decoración. Cuando
no estaban nuestros médicos la puerta estaba abierta y un Guardia Civil
apoyado en la puerta. Cuando estaban los de confianza cerraban la puerta.Denuncié ante las médicos el trato que estaba recibiendo, ella no me decía nada, sólo apuntaba en un papel. Los primeros días la forense tenía una actitud muy distante, yo creo que quería que me sintiera incómoda para que no fuera a sus consultas. La primera vez que estuve con la forense me preguntó por las enfermedades y sobre el trato poca cosa, yo era la que le contaba.
La médico no me reconoció, ni siquiera me tocó. Cuando estaba en la
Audiencia Nacional le enseñé los moratones qye tenía, pero por encima.
No me exploró ni la cabeza ni los órganos genitales. Sólo me preguntaba
como me encontraba y vete a saber qué apuntaría. Un día, el médico de
confianza me miró la columna vertebral y el cuello y me dijo que hiciera
unos ejercicios. Los médicos de confianza no me podían hablar.
Aprovechaba la visita para beber agua y les preguntaba la hora. Una vez me la dijeron pero a partir de ahí me dijeron que no me la podían decir. Le
pedí fruta para la descomposición pero los Guardias Civile me dieron justo
lo que me hacía daño (zumos...). La forense decía que ella hacía lo que
podía pero eso no es cierto, estaba al servicio de la Guardia Civil, se enteraban de todo lo que le contaba y con eso también me amenazaban.
El último día cuando pregunté por el médico de confianza me dijo que no
había aparecido, pero más adelante me enteré que no le habían dejado
entrar. Me mentía.En dependencias policiales dije que sólo declararía delante del juez. El abogado de oficio ni siquiera se presentó y estuvo sentado detrás de mí, al principio pensé que era un Guardia Civil. No firmé nada por si acaso, pero el abogado sí. Los Guardias Civiles no me amenazaron para que declarara.Al principio pensaba que estaban actuando, que volveríamos pero no fue así. Tras declarar me dejaron en paz, sólo me decían que me podriría en la cárcel. El viaje a la Audiencia Nacional fue, pero antes de montarme en el furgón
me dijeron que si hablaba fliparía. En la celda de la AN estuve muy
nerviosa, hacía mucho calor, tenía sed pero por si acaso no bebía nada.
Seguía con cagalera pero como no tenía papel. Lo pasé muy mal durante
los cinco días, aguantando, solo iba al baño cuando volvía de los interroga-
torios. Llegué a plantearme orinar y cagar en la celda pero al final por
miedo no lo hice. Pasó la médico forense y me dije cómo estaba, me dijo
que seguramente tendría la tensión baja y le pedía agua y papel de baño, no me lo consiguió. Le enseñé los moratones pero se marchó enseguida.
Hice la declaración judicial con abogado de confianza. Apareció cuando yoya estaba ante Garzon y el fiscal sentada. Garzon empezó a preguntar y yo le contesté y seguido preguntó mi abogado. Delante del juez denuncié los malos tratos, los comenté antes de que me preguntara nada y me cortó.Entonces me hizo preguntas sobre ese tema. Anímica y físicamente estaba muy baja.En la cárcel me miraron la tensión después de pedirlo. No me hicieron ningún tipo de prueba. Les comenté el dolor de oídos y me dijo que teníauna infección, me dio unas pastillas.
Al principio tuve problemas para dormir, me asustaba con cualquier cosa.
Me ha influido psicologicamente, sobre todo al principio.